lunes, 24 de enero de 2011

BALADA TRISTE DE TROMPETA







Durante el 2010 he estado ausente de casi todo lo que me gusta. Siempre me he solido informar y seguir las cosas de las que me considero fan, que son muchas, pero hacía muchos meses que parecía vivir en otro mundo y en un universo donde solo parecía existir el trabajo.
Parece que el 2011 ha cambiado mi interés y vuelvo a ir al cine y al teatro. Esta introducción la hago para informar que no tenía ni la más remota idea del argumento de Balada Triste de Trompeta. Solo era consciente de que el mundo del circo paraba por ahí.
Las referencias lejanas que tenía sobre la película no eran muy positivas aunque tampoco me extraña, ya que el universo de Alex de la Iglesia es tan personal que o te gusta o lo detestas.
Hoy tenía dos opciones, ir al María Guerrero a ver la nueva producción de Rodrigo García o decantarme por el cine y ver Balada triste de Trompeta... gano la opción B, ya que el teatro estaba sold out.
Me ha gustado mucho, me ha gustado mucho.
Los créditos de cabecera me han parecido espectaculares, y a partir de ahí, también he disfrutado con todo lo demás.
El inicio en la guerra civil ha conseguido que por primera vez detestase a los dos bandos, aunque para matizar, lo que me ha hecho detestar en realidad ha sido la guerra. Esa guerra civil que parece que va a colear por lo menos mientras estemos vivos. Canalizar la venganza a través de un payaso, me parece macabro, pero si nos fijamos bien e indagamos, nos daremos cuenta de que hay muchos niños que tienen fobia a los payasos, sobretodo a los payasos pintados de blanco y vestidos de arlequín. Conozco a mucha gente a los que le amargaron la infancia. Si sumamos la decadencia del circo y los feriantes, personalizar un sentimiento con estos elementos es cojonudo como ha hecho Alex de la Iglesia.
Realiza y guioniza por tercera vez de la misma manera. El día de la Bestia, La Comunidad  y Balada triste de Trompeta son el mismo trauma, la misma obsesión y la misma pasión de Álex de la Iglesia. Los payasos son personajes que podríamos encontrar en 800 balas  o  Muertos de Risa. Y los apocalípticos finales en lo más alto de la ciudad o del propio Valle de los caídos. (por cierto, espectacular recreación interior o de como se construye) Batallas en lo más alto, con golpes golpes y más golpes que hace real lo imaginario.
Para seguir con los paralelismos, creo que Malditos Bastardos de Tarantino y Balada Triste de Trompeta recrean algo que mucha gente le habría encantado estar... En el asesinato de Hitler, o ser testigo directo del atentado a Carrero Blanco o poder putear y salir ileso después de morder al mismo generalísimo. La verdad es que me habría encantado haber estado en esos momentos en esos lugares ficticios. Y para eso esta el cine, para hacerlos realidad lo irreal, por lo menos en nuestra imaginación. Ahí está que me guste tanto el guión de Balada triste... Y lo más terrorífico es Raphael cantando vestido de Payaso en una imagen de su película circense.
No voy a contar nada de la película para que vayáis a verla y disfrutéis como lo he disfrutado yo.
Quiero terminar haciendo mención a los actores. Están soberbios. CARLOS ARECES, en estado de gracia, es un gran actor de comedia que se adapta al drama a la perfección y hace creíble lo increíble. ANTONIO DE LA TORRE es uno de los mejores actores españoles. Según mi criterio, es versátil como muy pocos actores lo son y el papel de malo, pero el malo que cae mal y es desagradable y por el  que todo el mundo tiene repulsión lo borda y lo mejor de este actor es que puede hacer el personaje que se le antoje.
CAROLINA BANG es un ángel caído del cielo que descubrió Álex de la Iglesia y que yo vi por primer vez un PLUTÓN bRb NERO. Me parece a parte de buena actriz un bellezón de alto calibre, que enamora a cualquier y esa belleza es ideal para crear el personaje de Natalia que vuelve locos a los dos Payasos, como volvería a cualquier mortal.
El resto del Elenco, como siempre con Alex de la Iglesia, de lo mejor del panorama, bien elegidos, buenos actores y buenos trabajadores.
Una tarde de cine agradable, que por lo menos a mi me ha removido una cantidad de emociones como hacía tiempo que una película no hacía. Ojo, no es la película del año, pero yo la recomiendo a toda una generación que creció con  los payasos de la tele y el recuerdo de los grises. 

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