jueves, 28 de abril de 2011

LO TUYO ES PURO TEATRO

Hoy es uno de esos días en Madrid donde una importante cantidad de personas hablan de Teatro. Y no precisamente de FALSTAFF, que está en cartel  en el CDN (Ex Olimpia), o de lo buena que ha sido LA AVERÍA dirigida por Blanca Portillo, o de el VI Certamen de Humor Escena Costello o de ¿Cómo puede Albert Boadella dirigir los teatros del Canal y Mario Gas el Español siendo catalanes? No, ese no es el teatro que hoy interesa.
¿POR QUÉ va a interesarnos Shakespeare? Cómo es posible que historias escritas hace cientos de años y que hablan de guerras, envidias, reinados, parricidios pueden interesarnos. Para que ir a ver un clásico teatral si en una rueda de prensa de un Madrid-Barça –clásico futbolístico- lo tenemos todo. Hace años que el portugués más famoso con permiso de Cristiano y las toallas ya dijo que en Barcelona gustaba el buen teatro, y no iba desencaminado. Pero es verdad que desde que Mou dijese eso, el teatro ha cambiado mucho en Barcelona. Hace 20 años éramos más arriesgados, cuando todo era “menos” institucional, o por lo menos había más cosas que las institucionales. Siempre con la queja de que no se podían hacer cosas en castellano y la verdad es que ahora yo echo en falta más cosas en catalán, mira tú por dónde. Aquel Chelsea – Barça donde Del Horno casi revienta a un recién llegado Messi  fue una lucha digna de Macbeth y de ahí la declaración de Mou. En el banquillo del Barça como apuntador teatral había un hippy con rastas que se coló de secundario y ganó la Champions. Ganó al Avaro de Moliere, que no era otro que Abramovich, que lo quiso todo y nunca conquistó Europa, ni siquiera Dinamarca.



¿POR QUÉ va a interesarnos Romeo y Julieta? Por muy ñoña que pueda parecer esta tragicomedia está entre mis cinco funciones de teatro favoritas. Sobre todo una humilde versión que vi en un teatro de Buenos Aires en el año 2003 y con la que lloré, y eso que me sabía la función de cabo a rabo, me la sabía tanto como se la sabía Mou cuando se fue a Italia. El susodicho no fue a Verona en busca de Montescos o Capuletos, se fue a Milán que es mucho más In en el siglo XXI, y no tanta comedia delle arte como la que podía encontrarse en Verona. Y se hizo la luz y luchó hasta contra el presidente de la república y junto con el león indomable recién llegado de Barcelona avanzó por Europa. Se disfrazó de Romeo y conquistó a su Julieta la Champions, no sin antes arrasar en Barcelona con un cerrojazo de escándalo y un manotazo de Mota, al que se le fue la mano y lo tuvieron que expulsar, puro teatro y del bueno. Al final de la actuación como si de una versión de Rodrigo García o la mismísima Fura dels Baus provocó a ochenta mil aficionados que en su día le llamaron traductor. Fue el que transcribió a Robson, La comedia de los errores y La tempestad, porque sabía que llegaban malos años para el barcelonismo con Gaspart.
¿POR QUÉ nos gusta tanto el buen teatro en Barcelona? La dictadura trajo al teatro español  la época gloriosa de grandes actores, los galanes. En esos años había funciones que tenían que hacer piruetas para saltarse la censura. Ahora está de gira por España, Amar en Tiempos Revueltos, con mi amiga Veronika Moral como una de sus protagonistas, y habla de cómo intentar saltar la censura, como los censores hacían corregir párrafos o como los censores del régimen amenazaban a escritores y actores con dejarles sin trabajo si continuaban con sus textos llenos de temas que hablaban de libertad y parecían rojos. Había autores que no se podían programar en España. Y cuando se estrenaban ya se encargaban de enviar una claca, para hundir la función. Público pagado para aplaudir o abuchear según convenía. Eso pasaba en el teatro de los años 50 y 60 en España y es lo que pasa en el periodismo deportivo del siglo XXI. Por eso nos gusta el teatro. Si la función de Mou es mala, no pasa nada, pagamos a unos cuantos y que nos hagan de Claca. Que Guardiola es blando, no pasa nada le mandamos la Claca. ¿Y el fútbol? Quién habla de fútbol. Esta mañana los espectadores de la función de anoche no hablan del partido, hablan del error u acierto del secundario de lujo. El árbitro. Toda la culpa es del árbitro. Fue él el que soltó patadas, fue él el que calentó el partido en los camerinos y en el foto call días antes. No lo calentó la Claca y la Claca se ha de callar de una vez. Pero se ha de callar la Claca de Madrid y la de Barcelona. Los jugadores (actores) de uno y otro bando se saben el papel al 100% y cada uno tiene a sus covers (voceros) que le ríen las gracias y les alimentan el Ego. Es que no os dais cuenta que podéis cambiar de compañía en cualquier momento y tener a otro director teatral.
Esta es mi contestación a los Porqués de Mou y también a la rabieta de Guardiola por entrar de artista invitado en esta función. Es cierto que soy culé y esto puede ser subjetivo, pero he defendido siempre a Mou porqué fue del Barça, me parece un buen director y aprendió de Van Gaal (este si es grande) entre otros y si tiramos de hemeroteca su sueño era entrenar al Barça y vivir en Sitges. Su enfrentamiento contra el Barça fue culpa de la claca culé que le llamó traductor.
Para finalizar os recomiendo para esta semana ir a ver Salomé de Oscar Wilde, en la sala TIS de Lavapies, una función donde piden la cabeza de Hiokanan (San Juan bautista), más de una cabeza tendría que saltar en el fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario